
- Francisco manejaba desde el trabajo esa noche, a las 7:00, y estaba esperando que la luz del semáforo cambiara a rojo, cuando un hombre lo apuntó con un arma desde afuera del carro. Francisco se bajó del vehículo y le entregó las llaves, y el hombre tomó el carro y se fue. Diez segundos después, regresó, en reversa, y le dijo: "Casi te vas liso. ¿Dónde quieres que te dispare?"
Francisco escogió la mano, y así fue.