Este artículo es una versión en español del artículo "Where do you want me to shoot you?" publicado originalmente en Th!nk About It.
- Francisco manejaba desde el trabajo esa noche, a las 7:00, y estaba esperando que la luz del semáforo cambiara a rojo, cuando un hombre lo apuntó con un arma desde afuera del carro. Francisco se bajó del vehículo y le entregó las llaves, y el hombre tomó el carro y se fue. Diez segundos después, regresó, en reversa, y le dijo: "Casi te vas liso. ¿Dónde quieres que te dispare?"
Francisco escogió la mano, y así fue.
- Carlos también conducía desde el trabajo, pero acababa de recoger a su hijo en la escuela cuando fue asaltado. Esa vez, el delincuente le dijo: "El carro está asegurado, esto no te duele. Tengo que hacerte algo que te duela..."
Y le disparó y mató a su hijo de seis años.
- Jorge se estaba comiendo una arepa con queso, en una arepera, un viernes por la noche. Pensó que su arepa no tenía suficiente queso, y le exigió al muchacho que lo atendía, que le pusiera más. "No puedo", dijo. "El jefe me regaña".
Así que Jorge sacó una pistola y le disparó.
- Laura es la mujer que limpia la oficina donde trabajo. En cuatro años, ella ha enterrado a sus tres hijos, quienes fueron abaleados en diferentes ocasiones en el barrio donde ella, y sus hijas, aún viven. Mario, el chofer de mi jefe, también enterró a uno de sus hijos el pasado diciembre. Ninguno de ellos tenía más de 21 años.
Los nombres son ficticios. Pero las historias, tristemente, no lo son.
Yo misma he estado viviendo en Valencia por siete años. Durante ese tiempo, he tenido que ver dos cuerpos, yaciendo en la calle en un charco de sangre, una vez cerca de mi casa y la otra, cerca de mi trabajo. En ambas ocasiones, a plena luz del día.
Justo ahora, la inseguridad podría ser nuestra mayor preocupación. O el agua. La verdad no sé. Lo que sí sé, es que el 2,5% de las muertes causadas por violencia interpersonal en todo el mundo, ocurren en Venezuela. Y que somos un país de sólo 28 millones de habitantes.
Cada 28 minutos, un venezolano muere en un crimen violento. Desde 2005, no existe una cifra oficial, pero se calcula que sólo en 2008, alrededor de 14.500 homicidios ocurrieron en Venezuela. De acuerdo a los estándares internacionales, comienza a considerarse un problema cuando las muertes violentas superan la cifra de 12 por cada cien mil habitantes. Nuestra cifra es de 56.
De esos más de 14.000 fallecidos, (al menos) 231 murieron en manos de los cuerpos de seguridad del Estado. 65.85% de ellos, por "ejecución". La policía parece pensar que es más fácil matar a un delincuente que hacer que éste sea juzgado.
Se calcula que en Venezuela (un país, de nuevo, con 28 millones de habitantes) existen 12 millones de armas ilegales en manos de la población civil. La violencia, las armas y el homicidio se han convertido en pan de cada día, de modo que cuando alguien es asaltado, la respuesta natural, común, aceptada, es "al menos no me mataron". De cualquier modo, nuestro Ministro de Relaciones Interiores, Tarek El Aissami, ha declarado que "Aunque estamos reduciendo el índice de criminalidad y con ello el número de delitos, los medios de forma irresponsable han colocado en la opinión pública una sensación de que estamos prácticamente a la suerte del hampa y la delincuencia".
Lo que los expertos afirman, y yo, que no soy experta, concuerdo, es que el problema de la violencia se ha convertido en una parte de la sociedad. Nuestra sociedad se ha convertido en un coctel explosivo de factores para el crimen: Se ha vuelto "normal" poseer un arma ilegal (inclusive la inseguridad en sí misma se ha convertido en una excusa para ello); nuestra sociedad es conocida por su alto consumo de alcohol; existe una alta (y creciente) tasa de insatisfacción, agresividad y odio.
No sabía en qué categoría situar este artículo, hasta que me di cuenta de que la OMS afirma que la violencia interpersonal es un asunto de salud. No sólo las muertes causadas por la violencia, sino la violencia en sí misma: genera un costo humano, social y económico que recae tanto sobre el gobierno como sobre la sociedad.
La Organización Mundial para la Salud ha publicado nueve recomendaciones para prevenir la violencia, en su Reporte Mundial sobre la Violencia y la Salud. La mayoría de estas recomendaciones están dirigidas a los gobiernos, quienes tienen la mayor responsabilidad en la prevención y tratamiento del crimen. Pero las organizaciones civiles también han desarrollado programas de cooperación que, de acuerdo a la OMS, han tenido éxito. Algunos de los puntos que una ONG puede abordar son:
- Sensibilizar al público sobre el nivel de violencia en la sociedad, y sus consecuencias;
- Persuadir a la gente de que puede hacer algo contra la violencia, individualmente y como miembro de la comunidad,
- Promover la paternidad responsable, el uso de modelos de conducta y la mejora en la comunicación y relaciones entre padres e hijos;
- Crear campañas para elevar la conciencia sobre la importancia de la prevención de la violencia;
- Ayudar a recolectar y publicar data confiable sobre la violencia y sobre el crimen a escala local y nacional;
- Organizar seminarios y talleres regionales sobre prevención de la violencia;
- Trabajar conjuntamente con los medios;
- Colaborar con los ministerios, alcaldías y otros funcionarios nacionales y locales.
amiga Marianne Díaz Hernández, dispárame en el corazón. No sabía q es un preso d conciencia ni otras cosas, d ti s aprende. Gracias. Pero borra eso d q las preguntas entran x un oído y... Desde la capital del Perú un profe Dogared Lima edgcam@gmail.com
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