(Este post fue escrito para Th!nk3: Developing World)
En marzo pasado, el Presidente Chávez declaró que “Nadie pasa hambre en Venezuela”, una afirmación que bien podría haber tomado del reporte oficial “Venezuela cumple las metas del milenio”: El gobierno sostiene que la pobreza extrema se ha reducido de 17,1% en
Pues bien, lo siento mucho pero necesito decirlo: Ésta puede ser la mentira más grande que he oído alguna vez en un discurso oficial. Y eso, amigos míos, es mucho decir.
Bueno, ahora está fuera de mi sistema. Gracias por su paciencia.
En marzo pasado, el Presidente Chávez declaró esto. Literalmente. “Nadie pasa hambre en Venezuela”, una afirmación que bien podría haber tomado del reporte oficial “Venezuela cumple las metas del milenio”, anteriormente citado en un post previo. El gobierno sostiene que la pobreza extrema se ha reducido de 17,1% en
Este programa oficial involucra la fundación de Casas de Alimentación para la población extremadamente pobre, y mercados populares, que venden productos básicos a precios subsidiados.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, la canasta alimentaria cuesta alrededor de $268, mientras que el salario mínimo se encuentra situado en $245 (cifras calculadas en base a la tasa de cambio oficial, por cuanto nos hallamos bajo un control cambiario). De cualquier modo, el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA) no está de acuerdo: ellos ubican el costo de la canasta alimentaria en alrededor de $460. Pero más allá de esto, la canasta básica (la que incluye el costo de los servicios públicos y de productos de higiene elemental) está costando alrededor de $1000. Más aún, comprar comida se ha convertido prácticamente en una caza del tesoro: diversos productos son inencontrables, y la distribución es irregular. La leche, la harina, el arroz, el aceite, aparecen y desaparecen de los estantes. Este mes, la harina de maíz no se encuentra en ningún lugar.Y para nosotros, la vida sin arepas no es vida en absoluto.
Esto no sería tan grave (bueno, excepto por lo de la harina de maíz) si no fuera porque, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en ingles), el 12% de nuestra población se encuentra malnutrida, y el 15% de los niños sufren por retraso de crecimiento debido a la malnutrición.
Más aún, no sabemos qué (o a quién) creerle, por cuanto hay una tasa de pobreza que alcanza al 31,70% de la población (eso es, 8.648.255 personas para 2009). Y ésas son cifras oficiales, usando el método de Línea de Pobreza, es decir, el mínimo nivel de ingreso necesario para alcanzar un estándar adecuado de vida en un país dado. De cualquier modo, el gobierno prefiere utilizar las cifras de pobreza extrema cuando reporta este tema, y sostiene que la pobreza extrema se encuentra en algún lugar entre 7 y 9% en Venezuela.
En realidad no sé cómo el Instituto Nacional de Estadística mide la pobreza extrema. Si están usando la marca de $1,25 diario, ese método falla por cuanto estamos bajo un control cambiario que mantiene una presión artificial sobre la inflación (la cual es ya de 30% anual). Y si están usando la definición bajo la cual, la pobreza extrema abarca a aquellos cuyo ingreso per capital no es suficiente para cubrir el costo de la canasta alimentaria, pues bien, permítanme decir que el ingreso familiar hipotético (dos salarios mínimos) solamente cubre 47% del costo de la canasta alimentaria.
Yo, como es usual, siento que las declaraciones realizadas por mi gobierno no son más que su hipocresía usual. El Monitor de los ODM indica que las Naciones Unidas no poseen suficiente información sobre el tema para decir que Venezuela ha erradicado la pobreza extrema y el hambre, pero aún así, el gobierno sostiene que la ONU ha, literalmente “reconocido nuestro cumplimiento de las Metas del Milenio".
Nosotros, a estas alturas, estamos bastante acostumbrados al hecho de que nuestro Gobierno diga que todo lo que vemos cada día en las calles es una “sensación”: inseguridad, hambre, contaminación. Pero yo, personalmente, nunca he tenido las suficientes agallas para, cada vez que un niño en la calle se me acerca y me pide una moneda que yo, en realidad, ya no tengo para darle, mirarlo a la cara y decirle que no es más que una creación de mi mente delirante.
Esa deliciosa foto pertenece a wEnDaLicious in Flickr, y se encuentra bajo una licencia de
Nosotros, a estas alturas, estamos bastante acostumbrados al hecho de que nuestro Gobierno diga que todo lo que vemos cada día en las calles es una “sensación”: inseguridad, hambre, contaminación. Pero yo, personalmente, nunca he tenido las suficientes agallas para, cada vez que un niño en la calle se me acerca y me pide una moneda que yo, en realidad, ya no tengo para darle, mirarlo a la cara y decirle que no es más que una creación de mi mente delirante.
Esa deliciosa foto pertenece a wEnDaLicious in Flickr, y se encuentra bajo una licencia de
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